
En la baja Extremadura se elaboraba este plato desde tiempos de mis tatarabuelos. Únicamente se diferenciaba del tradicional salmorejo cordobés en la manera de elaborarlo e ir incorporando los ingredientes. Erróneamente se le llamaba masmarria, que es un "salmorejo blanco" de las Vegas Altas, y también gazpacho espeso o simplemente gazpacho. (El gazpacho extremeño ha sido tradicionalmente preparado como plato de cuchara y no como una bebida, a la manera del andaluz).
Necesitaremos paciencia, algo de fuerza y persistencia, que son las cualidades que por nosotros ponen de su parte la batidora y otras máquinas. Así, los hombres/mujeres de hoy ni somos pacientes, ni fuertes ni persistentes. Pero sobre todo un gran bol de barro o madera y una mano de mortero preferiblemente de madera.
Ten preparados (para cuatro bocas):
· 8 tomates corazón de buey (unos 150 - 200 g cada uno)
· Medio pan de leña del día anterior
· Tres cucharadas de aceite de oliva (preferiblemente picual)
· Medio pimiento verde.
· Un diente de ajo castaño.
· Media cucharadita de sal gorda
· Un colín o pico-pan para moler el ajo.
Al lío:
Cortamos y majamos el pimiento junto con el colín, la sal gorda y el diente de ajo. Cuando nos quede una pasta homogénea añadimos los trozos de tomate a la vez que vamos majando toda la mezcla. Como no hemos quitado la piel, quien lo desee podrá eliminarla ahora pasando la masa por un chino, aunque si la piel no es dura ni correosa, se puede dejar sin problema.
A la mezcla le incorporamos el pan del día anterior desmigado y sin la corteza, cubriéndolo bien para que se empape con el zumo de tomate.
Llevamos el bol con la pasta a la nevera y lo dejamos a remojo todo como una hora o dos.
Ya remojado el pan, majamos todo a medida que añadimos el aceite, hasta que la mezcla sea lo más homogénea posible. El salmorejo ya está preparado.
Para acompañar:
Lo ideal son unos huevos duros (2) cortados en dados, un par de pepinos cortados en dados y unos tacos de jamón. A esta mezcla acompañan estupendamente bien unas bolitas de melón o en su defecto, unos cuatro higos rojos cortados en trozos grandes.
También sirve de acompañamiento a la tortilla de patatas, en lugar de mayonesa.
Como si fuera una vinagreta para alubias blancas cocidas, resulta un plato refrescante y distinto.
¿Como se come?
Que cómo se come?? Pues... SIN CUCHARA. Sí señores. La corteza que habíamos retirado del pan del día anterior se usa a modo de cubierto, con la virtud de que, además, se puede comer.
Que aprovechen los señores!
Por cierto, la foto no es mía, es afanada de por ahí. El salmorejo sabe mejor que se ve.

